Anclado... A La Verdad

DEVOCIONALES

Criar hijos es bien divertido y es una aventura que te cambia por siempre. Mis hijos me enseñan lecciones sobre mí mismo y aparentemente sobre la vida diaria. Una de las cosas más significativas que puedo hacer es enseñarles la importancia de la verdad. En lo natural, nacimos con una naturaleza pecaminosa. Los hijos necesitan aprender que la verdad y decir la verdad es trascendental, sin importar el escenario. Cuando se hace difícil, es cuando el mundo a su alrededor dice que la verdad es relativa. Nos dicen que tu verdad puede no ser mi verdad y parece como si la verdad se haya extraviado lejos de su definición:

VERDAD: UN HECHO VERIFICADO E INDISCUTIBLE.

No hay nada relativo acerca de la verdad; la verdad es la verdad sin importar lo que afuera dicten las circunstancias. Como creyentes, vemos la necesidad de la verdad en toda la escritura. En Juan capitulo 14, Jesús se llama a si mismo la verdad.

“Jesús les contestó, ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mi’.” — Juan 14:6

La verdad es algo que no cambia. Es algo que nos Ancla a nuestra fe. El valor de la verdad en nuestras vidas no puede ser exagerado.

“Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, y no los vendas!.” — Proverbios 23:23

¿Alguna vez te has encontrado en una situación donde tus emociones están nublando tu juicio, o tal vez en una situación donde la preocupación ha sobrellevado tus pensamientos?.

Cuando estamos en medio de un punto difícil, es complicado pensar claro y luchar con la situación de la manera que Dios quisiera que  lo hiciéramos. Aquí es cuando entra la verdad. La verdad es lo constante en nuestras vidas. La verdad no se trata de emociones o sentimientos -se trata de estar anclados a lo que la Palabra de Dios dice-. Cuando volvemos a la verdad en la Palabra de Dios, causa que nuestro juicio sea más claro y nos libera de todo lo que pueda estar nublando nuestros pensamientos en una situación.

“Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en Él, y les dijo: -Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” — Juan 8:31-32

¡HAZ LO SIGUIENTE!

Una de las maneras en las que intento regresarme a la verdad cuando siento que mis emociones están nublando mi juicio, es simplemente preguntándome: ¿Cuál es la verdad de esta situación? (No "¿Cómo me siento?" pero "¿Cuál es la verdad?". La segunda pregunta que me hago es: ¿Tiene Dios todo esto bajo control?, He descubierto que cuando soy sincero conmigo mismo, cuando me digo la verdad sobre una situación y me doy cuenta que Dios me tiene en Su mano, entonces siento más paz en cualquier situación.