Responder al avivamiento

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Haber crecido con una familia de un pueblo pequeño/pastor de una pequeña iglesia en los '60s, experimenté algunas tradiciones que pueden parecer un poco fuera de lugar en la cultura de hoy en día.

Uno de ellos era el “avivamiento" de verano que se celebraba en una gran carpa en la ciudad. Al decir ciudad, me refiero a una gran mancha en la carretera con un par de cientos de personas que viven en ella. Mi papá organizaba estas reuniones en la carpa, que incluía un predicador especial para predicar en el evento que duraba toda la semana.

Yo tenía unos cinco años cuando experimenté mi primer avivamiento en una carpa. Para mí, la tienda era enorme y todos los niños tenían un gran tiempo persiguiéndose unos a otros alrededor de ella. Aunque no recuerdo quien era el predicador, recuerdo haber sido atraído hacia el Señor a la manera de un niño de cinco años en una de esas reuniones. El canto de llamado para el llamado de altar - tal como soy - me acompañó en la aparentemente larga distancia a pie de la plataforma. Recuerdo que fui atrás a una habitación donde mi papa oró conmigo. Es algo que nunca he olvidado, y atesoro esa memoria.

Yo ciertamente no fui el cristiano perfecto cada año después de la pronta aceptación de Jesús, pero sé que es real y ha sido algo que puedo mirar atrás.

¿Cuántas veces sentimos el llamado de Dios en alguna área, y lo ignoramos, empujándolo hacia la parte de atrás de nuestras mentes?

Te animo a escuchar y responder. Cada vez que Dios nos llama y escuchamos: el resultado es refrescante en nuestras vidas. Tome tiempo ahora para guardar silencio, pídele a Dios que te refresque.

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu." - Salmo 51:10 NVI