Anclado... A La Gratitud

DEVOCIONALES

Es impresionante que tan fácil es llevar nuestra mente hacia un mundo de ingratitud, comparándonos y sintiendo como que no "lo tenemos". Soy tan culpable como todos cuando me preocupo por cosas de la vida, en vez de reconocer tantos regalos de Dios.

Crecí en una iglesia tradicional, cantando los himnos que fueron escritos hace mucho tiempo. Uno en particular era "Cuenta tus Bendiciones"

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Cuando en las olas de la vida eres arrojado a la tempestad

Cuando estas desanimado, pensando que todo esta perdido

Cuenta todas tus bendiciones, nómbralas una por una,

Y te sorprenderá lo que el Señor ha hecho.

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Coro:

Cuenta tus bendiciones, nómbralas una por una,

Cuenta tus bendiciones, ¡mira lo que Dios ha hecho!

Cuenta tus bendiciones, nómbralas una por una,

Cuenta todas tus bendiciones, ve lo que Dios ha hecho.

[*Y te sorprenderá lo que ha hecho Dios.]

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¿Estás cargado con una gran preocupación?

¿Te parece pesada la cruz que has sido llamado a soportar?

Cuenta todas tus bendiciones, cada duda volará,

Y seguirás cantando mientras pasan los días. [Coro]

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Cuando miras a otros con sus tierras y oro,

Piensa que Cristo te ha prometido Su riqueza incalculable;

Cuenta todas tus bendiciones, el dinero no puede comprar

Tu recompensa en el cielo, ni tu casa en lo alto. [Coro]

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Es interesante para mí, como el escritor en 1897 cubrió los mismos patrones de pensamientos en los que nos encontramos atrapados. Me he encontrado a mí mismo reflexionando en la letra de esta canción, cuando he sido tentado a desanimarme, preocuparme o compararme a mí mismo con otros. No es coincidencia que tantos versos en la Biblia lidian con la preocupación y sus tantos parecidos.  

¡HAZ LO SIGUIENTE!

Te animo a que diariamente hagas una lista de los tantos regalos de Dios y que veas, como cambia tu perspectiva y tu corazón. Da gracias. Da gracias otra vez.

ESCRITURA

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” — Filipenses 4:6-7 (NVI)